Después de 22 años dedicada a la hostelería (por cierto, con mucho amor), me apunté de forma casual a una clase de yoga.
No sospechaba que allí comenzaría mi camino iniciático del yoga, el que trasformaría mi vida.
En esa clase algo cambió en mí o quizás solo afloró lo que siempre estuvo. Siempre tuve una inclinación especial hacia lo holístico, lo sutil.
Salí de esa clase pensando: “quiero que todo el mundo conozca esto”. Empecé con las primeras formaciones de yoga casi de inmediato, con la única intención de ayudar a difundir esta filosofía de vida tan integral y con tantos beneficios.
Y aquí estoy, cumpliendo con mi Dharma, entregando en cada clase un pedacito de mí.
El destino o quizás el universo ha ido, poniéndome en el camino a todas las personas necesarias para que esta historia continúe 5 años después. Mis querid@s alumn@s son la base en la que se sostiene mi sueño. ¿Seras tú una de ell@s?
Om shanti